Inter perdió ante Siena de local

Como suele decirse, uno no cree en las brujas, pero que las hay, las hay. Hoy por hoy, el estadio Meazza parece estar embrujado para los dos equipos que juegan ahí, Inter y Milan, y que aún no pudieron conseguir un triunfo en lo que va de la temporada, perdiendo los 4 compromisos disputados por el campeonato de Serie A.

Esta vez fue el turno de Inter, que fue local por la cuarta fecha del Calcio ante Siena y acabó cayendo por 2 a 0, con goles de Simone Vergassola y Francesco Valiani.

Con este resultado, Inter sigue sumando seis puntos y ocupa la sexta plaza (podría ser superado por Roma, que tiene un partido menos) mientras que Siena sumó su quinta unidad pero, por la penalización de seis, sigue siendo el colero del torneo, con "menos uno" en la tabla.

Lo de la "maldición del Meazza" parece tomar aún más fuerza si uno considera que Siena, en los 16 partidos anteriores, nunca le había podido ganar a Inter; que venía de una racha de 8 encuentros sin ganar en campeonato y que su entrenador, Serse Cosmi, sumaba un empate y 7 derrotas en ese escenario: ¿increíble, no?

Dejando de lado todos los aspectos cabalísticos y de rachas varias, la derrota de Inter tuvo una explicación clara desde el punto de vista táctico. En el primer tiempo, parado con un clásico 4-3-1-2, con Sneijder detrás de Cassano y Milito, Inter no fue brillante pero mantuvo el control del juego y creó por lo menos cuatro ocasiones claras de gol.

En la primera, Cassano se fue por izquierda, corrió por la línea de fondo y metió un centro rasante que Guarín, por el segundo palo, no pudo empujar adentro. Luego, Neto erró la salida y Guarín metió un centro perfecto para Cambiasso, quien cabeceó bien pero encontró la gran atajada de Pegolo, la figura del partido.

Luego fue la hora de Sneijder; primero con un gran derechazo, luego de la asistencia de Cassano, que otra vez Pegolo atajó brillantemente, luego con una contra en velocidad, que el holandés no concluyó con un remate (como debía estando mano a mano con el guardavalla) sino buscando a Milito en el medio del área, por encima sin precisión.

En el entretiempo, uno pensaba que, a pesar de la buena defensa de Siena (equipo compacto y ordenado, con tres centrales y dos laterales siempre listos al sacrificio), el gol de Inter no tardaría en llegar.

Pero el entrenador Stramaccioni sorprendió con un cambio que, a la postre, se reveló desastroso: ingresó Alvárez por Guarín, con el equipo que quedó parado (pero mejor sería decir "partido") con un 4-2-3-1 con Cambiasso y Gárgano delante de la defensa.

Fue la catástrofe: como en el clásico cuento de la frazada demasiado corta, Inter quedó desprotegido en defensa y Siena supo aprovechar muy bien ese hecho, lo cual nos dice que Cosmi había notado ese detalle (algo similar había ocurrido en Torino vs. Inter de la fecha anterior) y estudiado la manera de castigarlo.

En ocasión del gol de Vergassola, Rosina corrió por derecha mientras al medio quedaba un "dos contra dos", pero cuando el volante enganchó ante su marca, en lugar de llegar refuerzos de Inter llegaron dos visitantes más y entonces el gol de Vergassola (bonita triangulación con Calaió) fue la lógica conclusión de la superioridad numérica que se había creado.

Para peor, Stramaccioni dispuso el ingreso de Coutinho por Gárgano, desequilibrando aún más al equipo, y entonces el cronista no se sorprendió cuando llegó el segundo, producto de una corrida de Sestu, otra vez por derecha: el centro encontró a Valiani absolutamente solo por el segundo palo, con Nagatomo que había errado totalmente la diagonal y no miraba ni la pelota ni el rival.

En suma, Inter cuando puede protegerse y golpear de contra, con la velocidad de Milito y los pases de Sneijder, funciona bastante bien, pero a la hora de hacer el gasto se descubre muy frágil atrás, algo que explica los buenos resultados conseguidos como visitante y los pésimos cosechados como local.

Para Siena, fue un triunfo que entrega confianza y muchas energías: el umbral de la permanencia, a pesar de los seis puntos de penalización, queda bastante cerca y, jugando de esta manera, salvarse no debería ser tan complicado.