Pescara le arrebato un punto al Bologna

Con goles de Alberto Gilardino y Juan Quintero, Bologna y Pescara igualaron por 1 a 1 en el estadio Renato Dall'Ara, en uno de los encuentros de la fecha cuatro de la Primera División italiana.

Este resultado lo lleva a los rojo y azul a atrapar a Roma (partido menos), Torino, Parma y Udinese en el noveno escalón de la clasificación, todos ellos con cuatro puntos, mientras que el Delfino, con una unidad en la tabla, comparte con Palermo la antepenúltima plaza.

Empezó muy bien el desafío el equipo emiliano, por lo que no se puede decir que haya subestimado a su adversario. En efecto, tras una serie de ataques y de jugadas muy interesantes, ya al noveno minuto Garics robó un buen balón por derecha, cerca del área, y la defensa visitante se dejó encontrar totalmente impreparada, como de costumbre en este equipo, dejándolo solo a Gilardino para una fácil desviación a quemarropa del centro bajo de su compañero.

Vale la pena subrayar que el delantero parecía apenas adelantado en la ocasión, si bien poco tuvo que ver ese off-side, en definitiva, con el 1 a 0. Dicho esto, Bologna siguió al ataque pero careció de precisión y de atención, lo que determinó que no lograra cerrar el trámite.

En eso tuvo mucho que ver también Perín, el portero de Pescara, quien tapó bárbaro en dos ocasiones y, en general, estuvo muy eficaz y garantizó mucha seguridad, dándole mayor confianza a su defensa.

Así, la visita pudo salir a jugar como sabe, es decir al ataque, y en eso mostró algunas cosas positivas, especialmente sobre el final de etapa. El gol del empate llegó de tiro libre, ejecutado con grande calidad y potencia por parte de Quintero, posible crack futuro del fútbol italiano, pero Pescara tuvo sus ocasiones para anotar en jugada antes y después del 1 a 1, demostrando mucho carácter y buen potencial de ataque.

En el complemento, otra vez más Bologna salió con todo y, al minuto 63, se ganó un penal con una incursión de Gilardino, que por encima le costó la roja al portero rival. Roja injusta, hay que decirlo: el delantero enganchó el balón, alejándolo desde su posición y enviándolo hacia un defensor rival, antes de que Perín lo tocara sin querer con la pierna que le había quedado en el piso, pasando entre Gilardino y el balón que se escapaba. El penal se cobra, pero no era una situación de clara ocasión de gol.

Pelizzoli, entrado por Caprari, se ocupó de hacer justicia tapándole el penal a Diamanti. Más tarde, el portero se exhibió en otra situación decisiva, pero en general, en los 25 minutos finales del encuentro, Pescara no concedió mucho.

Esa fue casi una paradoja, puesto que el Delfino se defendió con mayor atención, y por eso mejor, en inferioridad numérica, respecto a cuando contaba con todos sus hombres.

Así, finalmente Pescara sumó, gracias a sus arqueros, pero también a la buena fantasía de sus delanteros, en particular Quintero. Respecto a la figura, Perín se lo merecía, contando también la injusticia de su expulsión, pero el penal de Pelizzoli, seguido por otra atajada a Gilardino, deben ser premiadas con esa mención.